Leche condensada

jueves, 5 de noviembre de 2009

Abro el mueble bar y no hay nada. Nada de lo que yo estoy buscando. Mi madre esconde el bote de leche condensada para que yo no lo encuentre. Busco en el armario de la ropa y tampoco hay nada, solo las botellas de ginebra que guarda mi padre para que nadie pueda quitárselas. En un cajón de la mesilla de noche encuentro la pistola que mi hermano esconde desde que se hizo skin, pero la leche condensada no aparece. Miro en el trastero y solo hay objetos robados, una radio, una tele, ordenadores ocultos tras cajas bien disimuladas. Pregunto a mi hermana pero no me contesta, como siempre. Revuelvo en su habitación, en su joyero hay pastillas y hachís, pero no leche condensada. Miro debajo de la cama de mis padres y encuentro un hombre escondido, semidesnudo. Le pregunto si sabe algo de la leche condensada que guarda mi madre. Tras pensarlo un momento sonríe, pero tampoco suelta prenda. Aburrido, decido esperar a la merienda, con la esperanza de que mi madre rellene con ella el bollo que me da. Aparece mi hermana con los ojos rojos, mi hermano ha salido, mi padre llega oliendo a ginebra. Miro a mi madre, con la carita sonrosada, y me ofrece un bocadillo de mortadela. Le pregunto dónde está la leche condensada. Me observa despacio y responde:
- Este niño es tonto-, mientras, abre el frigorífico y saca la leche condensada- ¿dónde va a estar? En su sitio, como todo.
Como todo.

19 comentarios:

Ciclista dijo...

Qué recuerdos aquellos de bocadillos con leche condensada al bañomaría!

Anónimo dijo...

¡Qué bueno!
(El sabor de la leche condensada también)

Anónimo dijo...

Qué recuerdos... ¿las botellas de ginebra?, ¿las bolas de hachís?, ¿los hombres que sonríen debajo de las camas?...
Creo que no me acuerdo, de la leche condensada sí.
Desayunaba en un pueblo muy dulce donde siempre preguntaban, ¿De vaca o de bote?
Te veo nostálgico ciclista.

Ciclista dijo...

Es la edad ...

Anónimo dijo...

No creo que sea para tanto. Y puede que la edad no, pero aquí y en el texto, casi todo el mundo esconde algo, incluso el nombre.

Anónimo dijo...

¿Todo está en su sitio?

Elevalunas Ecléctico dijo...

¿Y dónde va estar? ¡En el cajón del pan!

Blues de los niños

Lucía dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Lucía, tremenda.
Cesta del pan, panera, bolsa del pan...¿cajón del pan?.

Lucía dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Océano Mar dijo...

jajajajajaja, genial... Pelín perturbaíllo por los acontecimientos cotidianos... Aunque lo que más duele es el bocata de mortadela tras tanto!

Océano Mar dijo...

(Imaginando que todo es imaginado y obviando que pueda ser la realidad de muchos, claro... Incluso pasando por alto que otras realidades puedan parecerse... Y dejando de lado las realidades propias)...

...Paporsi.

Lucía dijo...

Anónimo, soy TREMENDAmente metepatas, lo sé. Gracias por recordármelo, a veces se me olvida.

Lucía dijo...

A mí, de pequeña, mi abuela me abría medio bollo de pan, hacía un hoyito quitando la miga del interior, ponía dentro aceite de oliva y azúcar, y ...¡hala! esa era muchas veces mi merienda ¡Qué tiempos! Los niños de hoy echarán de menos sus Bollicaos y esas cosas dentro de 20 años.

Agone, a mí me ha gustado mucho lo que has escrito. Has tenido la habilidad de convertir una historia muy triste en algo divertido. Tu ironía no es dañina sino placentera.

Elev, me encanta Pata Negra.

Anónimo dijo...

Lucía, a mí era mi madre la que hacía lo mismo. Y otras veces, en lugar de aceite y azúcar, tres onzas de chocolate.

Lucía dijo...

¡Qué coincidencia, Salud! El chocolate también caía en mis manos a veces (¡el cacao, mal pensados!).
Me alegro de que hayas puesto un nombre, a ver si los anónimos se animan y siguen tu ejemplo. Sólo en esta página hay 5, y es un rollo no saber si siempre es el mismo o no. ¿Qué quieren esconder?

Anónimo dijo...

Tienes razón y lo siento, Lucía, pero es lo que me apetece poner.
Había otra posibilidad para el pan,(bastante más mala, pero apañaba para el mono de chocolate), mantequilla con colacao por encima.

Lucía dijo...

UUMMMMMMMM!!!! No me lo recuerdes, Anónimo 6º ¡Qué bueeeno!
Yo tostaba antes el pan, y con el calorcito se fundía antes la mezcla(¡Jo, qué hambre!).

Anónimo dijo...

Anónimo, o Anónima, lo de la mantequilla con cola-cao también era otra de las posibilidades.

Uuummm! qué delicia se pierden estos peuqñajos de ahora.

 
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