El otro lado

lunes, 28 de febrero de 2011

El muchacho está parado sobre la acera, en la intersección de dos calles. Frente a él el paso de peatones también está inmóvil, como un puente roto dibujado en un plano. El muchacho está de pie, con el cuerpo recto y ágil, semejando un pensamiento que espera, prestando ninguna atención al ronroneo de los coches. Parece que se va a mover, a cruzar la calle en un súbito espasmo de pasos. Se inclina un poco, sus músculos se tensan y un ligero movimiento de su brazo derecho lo delata. El paso de peatones aguarda con las líneas erizadas, con un desafío de navaja o de venganza en su límite. El tráfico descongestiona sus pulmones tóxicos, emite un ruido al pasar que recuerda los balcones abiertos. Se miran. Parece que el muchacho y el paso de peatones se miran desde una distancia telefónica. El muchacho levanta el pie izquierdo y salva el bordillo. Los coches disfrutan del viento. El pie nota caliente el asfalto. Tiembla. El muchacho tiembla. El puente huye.

La dirección de las piedras

lunes, 21 de febrero de 2011

como tiraba piedras a una botella

había que darle
no demasiado cerca
porque el mérito siempre está
en la distancia

romper los corazones
salir corriendo

de niño todo es emocionante
a veces las piedras
caían sobre mí
pero mi corazón

no era de vidrio
todavía

preparar las botellas
era igual que preparar una cena
con una chica hermosa

no demasiado cerca

un cosquilleo como un caracol que sonríe
o un timbre que suena
a veces las piedras caían
sobre mí
porque apuntaba demasiado alto

olvidaba los comienzos las recetas
nunca el vino

las botellas siempre
siempre estaban

vacías.

El último botón

lunes, 14 de febrero de 2011

…diciendo siempre tonterías
porque ya sabes que cualquier sitio
es buena idea

porque todos los domingos
se suicidan en febrero
sabes que a la gente
hay que mirarla con ropa

a mí me da lo mismo
yo con ropa puedo estar menos confuso
tomarme a la ligera

el mensaje abstracto de tus ojos
el tiempo que declina
las pegatinas que prometen tus dedos laicos

yo soy un hombre
vestido
pero puedo estar cambiando
los demás no se dan cuenta
porque se derramó el café en sus planes

y me ven quitarme la chaqueta
como cualquier otro
acercarme demasiado

parece que busco en tu escote
el truco que olvidó un viejo mago

me pregunto si podré desabrochar el frío
lo demás es tan superfluo
cualquier sitio
de tu cuerpo es buena idea

siempre y cuando no esté yo
tú no estés

perdiendo el hilo en los ojales
manipulando el sabor de mi boca
con un rastro de uvas

en realidad quiero pensar
que todos hacemos lo mismo
y nadie se desviste hasta el próximo verano
deja tus manos quietas

el último botón
es el que abriga.

Higiene

miércoles, 9 de febrero de 2011

solamente voy a probar
que el otoño dura un tiempo
respirando la niebla
de la ducha

caminando desnudo por un londres
inequívoco
de jabones y ranas
llenando de churretes
las palabras más limpias

al final voy a dejar que tiemblen
mis rodillas
como una toalla que resbala

escribir solo una gota
poca cosa
que se orine en el invierno si no llega
y se demore en los cristales

en tu espalda

 
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