El desafortunado Roth

lunes, 10 de agosto de 2009

El desafortunado Roth tenía la desgracia de crecer siempre después de que el sastre le hubiera tomado medidas. Así, por ejemplo, el día de su comunión llevaba los pantalones por encima de los tobillos, las mangas por encima de las muñecas y los hombros le apretaban tanto que caminaba como si estuviese colgado de una percha.
Años más tarde, cada vez que tenía que ir a un bautizo, a la boda de un amigo o a la cena de fin de año, Roth se deprimía profundamente. De nada servía que el sastre dejara un margen de tela en previsión de un crecimiento inesperado. Siempre, el día del estreno había crecido tanto que todo traje lo dejaba en el más absurdo ridículo.
No es extraño, en esas circunstancias, que a pesar de haber tenido varias novias formales y un tremendo deseo de casarse, nunca hubiese dado el paso de pedirles matrimonio. No se atrevía, el día en que debía ser el centro de todas las miradas, a aparecer con un frac irrisorio que dejase sus delgadas pantorrillas al aire, o con un chaqué que no pudiera abotonarse, o con una levita que quedara por encima de su cintura. Finalmente, aburridas de esperar, todas lo abandonaban.
Y así fue como el pobre Roth dejó de asistir a los grandes eventos sociales de su comunidad, y quedó solo y soltero para siempre.
Hasta el día en que murió, día en que por fin el traje que el sastre le hizo no le quedó pequeño y pudo lucirlo con elegancia, las mangas cubriendo con delicadeza las muñecas, los pantalones dos dedos por encima del tacón de los zapatos, los tres asistentes al velorio comentando al mismo tiempo el porte del finado y las noticias que llegaban de una televisión cercana anunciando a bombo y platillo las primeras bodas hawaianas.

7 comentarios:

Elevalunas Ecléctico dijo...

¿Cómo que desafortunado? ¿Pero no fue este Roth el que puso de moda los pantalones pirata?

Anónimo dijo...

Consiguió lo que quería, pero yo no llamaría a eso suerte. ¿Para qué un traje perfecto?

Lucía dijo...

¿Para no parecer un espantapájaros?. De todas formas yo no los uso, será que no asisto a bodas ni a bautizos ni a cenas de fin de año.
Y no, el chico parece que no consiguió lo que quería.

Elevalunas Ecléctico dijo...

¡Lucía!

Lucía dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Elevalunas dijo...

Que me alegra verte por aquí. Me dan ganas de cantar esa canción de "ron, ron, ron, la botella de ron..."

Lucía dijo...

¿Sí, pirata?

 
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