lunes, 1 de junio de 2009
con el tiempo mi corazón hará un corto viaje
en la ciudad brillará un sol
de tibias pantorrillas
y algunos coches quedarán empotrados
en el crepúsculo
con la memoria de este paisaje me basta
y con la mueca crispada de unos brazos que huyen
cansados de otros brazos
y la soledad de los parques y el silencio
que cae como un telón rasgado
en el pecho de aquel hombre nacerá un poema
y será fugaz como las viejas doncellas
y me hará bien tomar una aspirina
igual que ayer
-dijo sencillamente
la noche.
4 comentarios:
Si para trabajar en su horario necesita una aspirina, ha elegido bien. En el diurno ni te cuento...
Me gusta ese atardecer.
... contigo.
Eso está bien.
Podría irse a dormir,(me refiero a la noche, claro), ¿Quién iba a darse cuenta?
Así los que sufren insomnio podrían descansar un rato. Yo también quiero descansar pero ahora no estoy cansado, siempre voy al revés. No sé quién dijo que lo que parece el reflejo de la luna por las noches en el mar es en realidad una aspirina efervescente, por eso a las ballenas no les duele nunca la cabeza, creo.
Anónimo, eso es bonito.
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