Autobiografía

martes, 9 de junio de 2009

qué soy quién soy
una raíz arrancada por descuido
un perfume sin tacto
un refugiado de provincias

una tabla para cruzar un río
un domingo nublado
tal vez un murciélago
que añora los colores

la nostalgia de los abedules
la tierra seca
los cartílagos las postrimerías

la idiosincrasia de las despedidas
los cuentos que un viejo militar tullido
narra con voz de bayoneta

un pedazo de amarillo
una puerta
un dromedario averiado

es tan fácil ser un recinto amurallado
donde se pierden los carteros
un periódico resuelto
una palabra tal vez
la consonante que se torció el tobillo

un poema de amor en desuso
un paciente que delira
y sueña con los trenes

un tejado que gotea
un invierno extraviado
un fulgor en la noche
cuando se descalzan los pies
de las bailarinas

hay un temblor dentro de mí
y hace un ruido que asombra

todas las sobremesas
se acuesta a mi lado
un silencio de nevera
de bostezo

una penumbra que entorna los ojos
un tebeo que nunca aprendió
a reír
un caballo que galopa
bajo un jinete asustado

un aprendiz de los números…

cuando cuentes hasta diez
será tarde.

5 comentarios:

Low dijo...

Quien me enseñó a darle de comer a las gaviotas...

Anónimo dijo...

Entre tantas palabras es fácil perderse.

Ana dijo...

¿Amarillo?

Anónimo dijo...

Tú eres muchas cosas más, gachupín. Y todas bonitas.

agoneluz dijo...

Sí que es fácil perderse, así que anda uno siempre perdido. El amarillo es un color que sienta bien, siempre que no haya alrededor muchos mosquitos. También podía haber puesto un pedazo de fucsia, pero tiene peores connotaciones.

 
agoneluz - by Templates para novo blogger