domingo, 10 de mayo de 2009
ni princesas ni ranitas
ni emperadores viajando en un barco de plomo
ni la nueva canción que los cisnes
dejan en los tobillos de las criadas
hoy me he levantado
con la televisión apagada
y encendidas las caderas
y tanto cuento chino me bosteza entre las piernas
no me digas nada
ni te vistas con las sedas ni los lánguidos visillos
de los pavos reales
esos servirán para el almuerzo
y tú también
después de todo.
2 comentarios:
No está mal, hombre lobo.
¿O mejor, no decir nada?
¿Dónde van las pausas en este poema?
Seguro que lo leo mal, porque hay gustos para todo, pero no creo que los pavos reales, ni lo demás, estén tan buenos.
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