jueves, 5 de marzo de 2009
Tiene el invierno sabor a carne de membrillo
(desde aquí, colgado de un poste telefónico,
diez metros por encima de la caducidad de los yogures,
el infarto justo apoyado en mi hombro,
con una sonrisa de color azul o morado
y mi musa que no coge el teléfono.)
Ahora pienso cómo haría aquel desconocido poeta
del siglo dieciocho
para dar los buenos días,
en invierno y emboscado en chimeneas de otros,
a los jardines botánicos.
5 comentarios:
¿Musas?, yo pensaba que tú tendrías musarañas, y no creo que les guste el teléfono.
En el dieciocho probablemente lo harían con la imaginación, a no ser que el jardín se encontrara cerca, corrían el riesgo de que al levantarse les quitaran el sitio.
Me encanta la carne membrillo y más con queso fresco, una lástima que engorde tanto.
Nada, que ya ha llegado la cobertura. Ahora quien se ha ido es la musa.
Las musarañas siguen aquí, me paso el día mirándolas. A mí me gusta la carne, el membrillo no tanto. También me gusta el queso, el fresco no tanto. Y no me importa que engorde, el tanto no tanto. Ya me he liado.
El tanto de tanto de algunas cosas, tampoco está de poco en poco nada mal.
en realidad este comentario es para mania persecurtoria, pero no encuentro el boton de comentarios alli, asi que lo hago en este, aunque desordene un poco el blog ¿asi estarán eternamente?,¿es una maldición?.Muy triste, y de locos. Conmovedora y placentera, la historia. Agradecimientos del club de seguidores anonimos. Tendre qu leer yo..
Pues no sé qué habrá podido pasar con el botón de comentarios, hasta ahora solo perdía los botones de las camisas. Últimamente veo a la araña algo más gorda, ¿comerá botones?.
Como yo nunca he sufrido manía persecutoria, gracias a todos los "seguidores" anónimos.
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