martes, 24 de febrero de 2009
…para pedirles que me traigan
otra vez aquel misterio aquella niña
que mojaba sus bragas con la risa
y la mesa donde nos sentábamos todos
y mi padre partiendo el pan y los silencios
y las cosquillas debajo de los perros
por eso he sido buena y me he portado
igual de bien que los fusiles rotos
que los milagros que los lentos mazapanes
y he posado una flor en un anciano
y he besado los coches que atropellan
y he dejado que sus manos me tocaran
y me hicieran temblar como un relámpago
para pedirles que me traigan
el olor del mar cuando dibujo los barcos
la carpeta que llené de corazones
la cajita donde perdí los besos
y a mamá
con mis ojos.
2 comentarios:
yo pediría alguna de esas cosas, pero la infancia de cada uno es demasiado personal para comentar, salvo entre hermanos, o con algún amigo, al que se lo cuentas como si le hablaras del tiempo, o de los autobuses, o de nada. Porque después no se acordará.
Y si se acuerda no será de lo mismo que tú le has contado. Yo prefiero hablar con los extraños, porque ellos nunca tuvieron infancia.
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