lunes, 29 de diciembre de 2008
Aunque ella era muy mayor nos fuimos a un hotel y sin decir una palabra empezó a quitarse la ropa. Se desprendía de ella como quien tira los años que le sobran: los guantes, el abrigo, cada vez más joven y desnuda, las medias, los pechos..., demasiado niña para amarla, sin saber qué hacía allí, las braguitas con dibujos de virginales flores arrugadas en el suelo...
1 comentarios:
megusta como ha quedado al final, ta guay
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